Una red de activistas rusos y un grupo de activistas de derechos humanos en Israel y los territorios ocupados recibieron el Premio de la Paz de Aquisgrán 2023, en Alemania. Aquí, un resumen sobre quiénes son.
Pocos meses después de que se concediera el Premio Carlomagno al presidente ucraniano Volodimir Zelenski y al pueblo ucraniano, la guerra de Rusia contra Ucrania vuelve a ser tema en la ciudad alemana de Aquisgrán. El Premio de la Paz de Aquisgrán se entregó este viernes (01.09.2023) a la «Resistencia feminista contra la guerra» de Rusia. Además, se distinguirá a un grupo de activistas de derechos humanos en Israel y los territorios ocupados.
El Premio de la Paz de Aquisgrán lo concede desde 1988 la asociación del mismo nombre, que tiene sus raíces en el movimiento por la paz y reúne a diferentes grupos sociales, entre ellos iglesias y sindicatos. Cada año, en el Día de la Paz, se premia a activistas nacionales e internacionales.
Protesta contra la «guerra y el patriarcado» de Rusia
Los galardonados rusos de este año han sido premiados por su compromiso contra la guerra rusa en Ucrania: cuando Moscú invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022, muchos se escandalizaron; solo unos pocos se atrevieron a protestar públicamente. Entre ellos estaba «Resistencia feminista contra la guerra» (FAR, por sus siglas en inglés).
El movimiento nació de un sentimiento de impotencia y del deseo de hacer algo, cuentan a DW las activistas rusas que ahora viven en Alemania. Sus apellidos permanecen en secreto para protegerlas contra una posible persecución. «En los primeros meses de la guerra, estar en Moscú me ayudó a no quebrarme», dice Ekaterina.
El día después del ataque a Ucrania, las mujeres rusas de la escena feminista llamaron la atención con un manifiesto en internet. Denunciaban la guerra, pero también «el patriarcado, el autoritarismo y el militarismo». A esto le siguieron acciones de protesta como colocar cruces para conmemorar la masacre en Mariúpol, distribuir pegatinas contra la guerra o pegar las cifras de víctimas de la guerra en las etiquetas de los precios en las tiendas. Pero incluso eso era demasiado peligroso para muchas, porque cualquier crítica a la guerra en Ucrania podría ser castigado con muchos años de cárcel en Rusia.
Cómo evitar ir a la guerra
Actualmente, el movimiento FAR opera desde el extranjero y en la clandestinidad rusa. Hay representantes en todas las grandes ciudades, afirma Ekaterina. Las mujeres se organizan de forma descentralizada para protegerse al máximo de las persecuciones.
Las protestas también son muy cautelosas. Por ejemplo, en los edificios de apartamentos se distribuye en secreto un periódico. Entre recetas de repostería, también contiene consejos sobre cómo los hombres pueden evitar ser enviados a la guerra, relata Olga, que hoy también vive en Alemania.
«Gran parte de las actividades de la FAR no se anuncian en ninguna parte, solo las participantes lo saben», agrega. Estas van, por ejemplo, desde ayuda jurídica hasta asesoramiento psicológico.
«Es importante asumir la responsabilidad y luchar contra la agresión rusa», sostiene Ekaterina. El rostro de la protesta rusa, cuenta, suele ser femenino. Así fue también en el pasado. En 2004, el célebre Comité de Madres de Soldados de San Petersburgo recibió el Premio de la Paz de Aquisgrán.
Asistencia jurídica para israelíes y palestinos
El segundo galardonado este año, el Fondo para los Defensores de los Derechos Humanos (HRDF, por sus siglas en inglés), es una organización que actúa cuando los defensores de los derechos humanos israelíes y palestinos necesitan ayuda jurídica. «El HRDF trabaja principalmente en segundo plano, en el sentido de que nos consideramos una red de seguridad para los defensores de los derechos humanos en Israel y los territorios palestinos ocupados», dice Arielle Sadie Gordon, de dicha organización.
El grupo de abogados brinda asistencia jurídica a israelíes y palestinos. Los que buscan ayuda provienen de muchos ámbitos, entre ellos la oposición a las políticas de ocupación israelíes en los territorios palestinos, los derechos civiles de la minoría palestina en Israel, los derechos LGBTIQ+ y la política climática. La HRDF, según la argumentación de la junta del Premio de la Paz de Aquisgrán, también recibe el galardón por luchar por una solución justa entre israelíes y palestinos.