Por Axier Amo Izarra, periodista experto en estrategia y política exterior
X: (@axieramo) Fuente: El Mundo Financiero España
Una lucha por el reconocimiento
Desde hace años se alzan voces reivindicativas que claman por un trato justo para aquellos que, habiendo iniciado su vida laboral en la adolescencia, han acumulado más de 40 años de cotización. Este colectivo no solo se enfrenta a la reducción de sus pensiones por haberse jubilado antes de la «edad legal», sino que también ve mermada la dignidad que merecen. Los relatos de familias enteras y de historias de vida marcadas por el esfuerzo colectivo son prueba irrefutable de que se está cometiendo una injusticia sistemática. El sacrificio personal, el servicio militar, el servicio social y una entrega incondicional al desarrollo del país no pueden ni deben ser motivo para ser castigados al final de una vida entregada en gran parte al trabajo.
El abandono institucional: Una brecha de responsabilidad
La situación se agrava cuando se analiza el papel de las instituciones. Durante años, las respuestas oficiales han sido insuficientes, evidenciando un abandono institucional que no solo afecta a quienes han trabajado incansablemente, sino que también socava la confianza en la política. Desde 2016, organizaciones como ASJUBI40 han desplegado una batería de acciones para visibilizar esta problemática recolectando 500.000 firmas, obteniendo el apoyo de 16 comunidades autónomas a través de Proposiciones No de Ley y logrando que su reivindicación forme parte de iniciativas legislativas.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos y del respaldo popular, la respuesta política ha sido tibia y, en ocasiones, contradictoria. La exclusión “in extremis” de la recomendación número 12 del Pacto de Toledo en la Ley 21/2021, y la necesidad de presentar quejas en el Parlamento Europeo, evidencian un sistema que, lejos de actuar, opta por la inacción y el retroceso.
Hacia un cambio urgente
La reciente presentación de una Proposición de Ley por parte de Podemos marca, sin duda, un rayo de esperanza en medio de un panorama desolador. Esta iniciativa, además de defender los derechos de los actuales pensionistas, es un toque para proteger a las futuras generaciones que, en un contexto económico cada vez más exigente, se verán imposibilitadas de alcanzar los 40 años de cotización. La lucha no es solo por cifras o trámites burocráticos, es, ante todo, una demanda de justicia social y de reconocimiento a aquellos que han sido pilares en la construcción y mantenimiento del país.
Es momento de que las instituciones asuman su responsabilidad y dejen de dar la espalda a quienes han contribuido tanto al bienestar general. La política debe dejar de ser un mero discurso y transformarse en acciones concretas que garanticen pensiones justas y respeten la dignidad de cada ciudadano. La falta de respuesta no solo penaliza a los trabajadores, sino que también erosiona la confianza en un sistema que, en teoría, debería proteger a todos por igual.
La lucha reivindicativa en defensa de los pensionistas no es un capricho, es una exigencia de justicia. La inacción institucional española y el abandono de quienes han entregado su vida al trabajo son, sin duda, un llamado urgente a repensar y reformar un sistema que hoy castiga en lugar de reconocer el esfuerzo y la entrega. Es imperativo que se escuche el clamor de más de 800.000 voces y se actúe en consecuencia para transformar un panorama de injusticia en uno de equidad y dignidad para todos.
Conclusión
En nuestro país, España, numerosos ciudadanos han dedicado años de su vida a contribuir al bienestar colectivo. Muchos de ellos, que comenzaron a trabajar a una edad temprana, han acumulado más de 40 años de cotización y ahora se enfrentan a recortes en sus pensiones por haberse jubilado antes de la “edad legal”, a pesar de haber cumplido con sus obligaciones laborales.
Este no es sin duda el mejor síntoma de un sistema de pensiones que -cada día- pierde volumen ante el crecimiento de la duda y de la deuda, de un futuro que las nuevas generaciones verán negro como el pozo sin fondo actual de las pensiones. ¡Así que bravo por ASJUBI 40!