El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aseguro el pasado miércoles que la política migratoria que aplica la primera ministra de Italia, Giorgia Melini, «funciona» porque distingue entre migración regular e irregular mientras que el Gobierno de Pedro Sánchez no tiene ninguna política en materia de inmigración, esto ha despertado diversas respuestas en la clase politica, a toda vez que Melini ha sido calificada como una lider politica de extrema derecha que vulnera los derechos humanos y da un trato excluyente a la poblaciòn migrante.
Todo esto se da, mientras, el Gobierno Meloni ha acabado de normalizar el marco de la teoría racista conspirativa del gran reemplazo, muy común en las actuales ultraderechas. Establece que la población blanca europea está siendo sustituida por poblaciones no occidentales sobre todo de religión musulmana a través de la migración, y da vía libre a una islamofobia cada vez más presente en el discurso oficial. Esto se acompaña con la defensa de un catolicismo a ultranza que la primera ministra intenta revivir, el freno a la llegada de migrantes con pactos con regímenes autoritarios como Libia o Túnez o la coerción a las ONG de rescate claves para salvar a personas a la deriva en el Mediterráneo central.
“La derecha usó el miedo, la crispación y los problemas causados por la globalización” y avanzó en un contexto de crisis política, social y económica con “mensajes simples y un discurso centrado en cuestiones como la oposición a la migración”, hasta llegar al momento de hoy, dice Nicola Fratoianni, parlamentario de la Alianza Verdes-Izquierda, principal grupo izquierdista en el Parlamento de Italia.