Por: Katya Fernanda Cañas Sánchez.
Consultora, Coach y Docente Universitaria, experta en Marketing, Habilidades Blandas y Responsabilidad Social Empresarial. Instructora de Marketing y Ventas Profesionales en Tiffin y Southern New Hampshire University, USA. MA Marketing, Kingston University, UK y estudios en Relaciones Internacionales y Responsabilidad Social Empresarial.
¿Será cierto, que cuando está a punto de finalizar un año, nos tornamos un poco más nostálgicos y reflexivos de lo habitual?
En mi caso personal, puedo decir que sí, en medio de las novenas navideñas, los villancicos, los buñuelos y los agüeros de fin de año, tan bien conocidos y queridos en mi Colombia natal, surge en mí, el deseo inminente de revisar todo lo ocurrido en el transcurso del año que estoy despidiendo, y hacer mi lista de propósitos para el año venidero, y es que no podemos desconocer, que el 2024 ha sido un año lleno de retos para todos, y con todos, quiero decir el mundo entero, el devastador desastre natural de la DANA en Valencia, la escalada del conflicto en Medio Oriente, entre Israel e Irán, la caída del gobierno de Bashar al-Assad en Siria, la Guerra en Ucrania que alcanzó unos nuevos niveles de tensión, las elecciones en Venezuela y el triunfo de Donald Trump, han sido eventos que han marcado el 2024, que nos hacen reflexionar, y sentir deseos enormes de hacer del mundo un lugar mejor.
¿pero qué podemos hacer quienes en este momento no tenemos en nuestro control la toma de decisiones en materia política nacional o mundial?
Algunos podrían pensar que poco, pero yo prefiero pensar que mucho, y es que, desde mi punto de vista, todo parte desde el individuo, las naciones están formadas por ciudadanos y a pesar de la gran influencia de la Inteligencia Artificial en estos tiempos, aún podemos decir, que los seres humanos lideramos los procesos de intervención y que estamos al comando de nuestro planeta, y es bajo este supuesto, que la influencia del individuo se hace significativa, somos en definitiva, cada uno de nosotros, quienes decidimos como actuar, por quién votar, que comprar y que responsabilidades asumir, es cierto, que las grandes decisiones se toman en colectivo, pero para llegar a ese punto, debemos comenzar por el análisis de nuestra propia escala de valores, finalmente, no es así ¿cómo se valora un líder? Un individuo capaz de sobresalir en un grupo e influenciar con sus ideas al colectivo, para alcanzar un objetivo en común. Sea pues está la reflexión que quiero motivar en este artículo.
En estas fechas navideñas en las que casi todos los colombianos, y digo “casi todos”, porque nunca me ha gustado generalizar, pausan sus actividades académicas y laborales para darle lugar a la celebración, a la francachela, a la comilona, y se promete olvidar por unos días, los pesares que ha traído el año que está finalizando, este año, hay particularmente una preocupación que acompaña las charlas de jóvenes y viejos, y que no ha permitido poner en blanco las mentes y dar completa cabida al disfrute, y es la suscitada medida anunciada por el presidente Petro, acerca del alza del salario mínimo en un 9,54% a partir del 1 de enero de 2025.
Cabe afirmar, que dicha medida ha generado revuelo a nivel nacional, por una parte, el mandatario afirma que el alza es su “regalo de navidad” para los colombianos, justificando que sí el salario mínimo crece, hace crecer la economía, y que es con trabajadores y trabajadoras que ganen, que tengan dignidad en su vida, como crece la economía de un país, no cabe duda, que viendo la situación planteada de esa manera, suena hermoso, y cuantos no quisiéramos creer fehacientemente en tal desborde de generosidad y elocuencia del Gobierno de Colombia, Potencia Mundial de Vida, sin embargo, el éxtasis producido por el idealismo que motiva el discurso, desaparece vertiginosamente, cuando, sale a relucir el análisis de expertos en economía, del talante del ex ministro de Hacienda y de Comercio José Manuel Restrepo, quien afirma que sería “un error histórico innecesario” subir el salario mínimo en un porcentaje tan alto, Restrepo reconoce la importancia del aumento de los salarios en la dinámica de un país, ojalá conectado con el aumento de la inflación y con el aumento de la productividad, pero enfatiza, en que un porcentaje mayor a esto, podría ser fatal para el sector productivo, y es que hay que recordar que en su gran mayoría, el sector productivo en Colombia, está conformado por microempresarios, tenderos, pequeños industriales, cuya forma de reaccionar frente a un aumento excesivo en el costo del empleo, es migrar hacia la informalidad, es decir, moviendo a algunos empleados de la formalidad a la informalidad, así las cosas, el aumento del salario mínimo en Colombia, podría afectar a las personas que están en la informalidad y también en la formalidad.
Ciertamente, el panorama para el 2025 no promete ser muy halagador tanto para emprendedores, como para los trabajadores colombianos, a quienes la alegría del regalo navideño, lastimosamente, podría durar les un poco menos que un merengue en la puerta de un colegio, y es qué en medio de este dilema, es importante poner en contexto la realidad que afrontan nuestros valientes emprendedores.
En opinión de Leiver Alexis Moreno Guzmán, un aguerrido cundinamarqués, que decidió emprender desde muy temprana edad, y hoy por hoy, es el director de Litigios y Conciliaciones de la firma de Abogados Moreno Guzmán Montaño Castillo Abogados SAS, y brinda asesoría legal y comercial a pequeños emprendedores colombianos, a tarifas módicas, establecidas con base en lo que realmente los empresarios pueden pagar, ser emprendedor en Colombia es una labor apoteósica, y requiere de gran coraje y resiliencia, desde su experiencia, Leyver Alexis, afirma que el empresario colombiano debe hacer frente a 5 principales retos:
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Los limitantes que genera él Estado para su constitución legal
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Los impuestos
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La competencia
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El pago prestacional a empleados
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El pago de servicios públicos elevados
Dicha realidad dificulta que el empresario colombiano, pueda alcanzar el punto de equilibrio en un rango de tiempo de 3-5 años, siendo en muchas ocasiones, muy complicado, la generación de utilidades, y por ende, alcanzar el éxito en su emprendimiento, adicionalmente, aunque algunas instituciones gubernamentales ofrecen apoyo económico con fondos de capital semilla, en la mayoría de los casos, existe una limitación a su acceso, y esto deja al empresario dependiendo de préstamos, que en ocasiones no puede cubrir, debido a su falta de liquidez.
Es un hecho, que vivimos en un mundo, que cada vez demanda, mejor calidad, en cuanto a los beneficios del producto y servicio al cliente, la competencia está a la orden del día, y en condiciones precarias, la lucha por la preferencia del cliente, se torna en casi una pesadilla, tristemente, en este proceso, perecen muchos y no por falta de deseos de superación, sino por las condiciones inhóspitas.
Debido a lo trascendente de la reciente medida del presidente Petro, me aventuré a preguntarle al abogado Moreno Guzmán, cuál era su opinión acerca del sonado regalo navideño, a lo que enfáticamente respondió en la misma línea del exministro Restrepo, podría realmente ser devastador para el sector productivo, haciendo nuevamente, visible los inconveniente de la medida, ya que podría injustamente castigar la formalidad y aumentar la informalidad, su respuesta me llevó entonces, a plantearle mis preocupaciones al jurista.
¿estamos frente a un hecho incontrolable? ¿no hay otro camino que conformarnos con el desplome de nuestro sector productivo? ¿el pequeño y mediano empresario colombiano está destinado a morir en el intento? ¿podría golpearnos una ola de desempleo? a lo qué por fortuna, él me respondió, ¡No!.
Existe una solución que podría tornar el problema en una oportunidad, si bien es cierto, que lo ideal sería que el gobierno fortaleciera su apoyo al empresario, mediante el establecimiento de una tregua selectiva en los impuestos, fortaleciera y ampliara la cobertura en la formación al emprendedor, y respaldara las marcas de denominación de origen, es mucho lo que todos nosotros de manera individual podemos hacer, pero esto implica la toma de conciencia hacia el consumo responsable, y esto significa comprarle al emprendedor que ha hecho su máximo esfuerzo por pertenecer a la formalidad, por generar empleo y por competir de manera leal, a lo que yo, una. mujer apasionada y convencida de que el camino hacia la construcción de patria, es la responsabilidad social, no pude estar más de acuerdo.
Es un hecho, qué si todos nos interesamos por conocer la realidad de nuestro entorno y queremos ser parte de la solución, es momento de pasar a la acción, y esto implica que tomemos las riendas del consumo ¿no somos los consumidores quienes en definitiva logramos que se mantengan los productos o servicios en el mercado? ¿a quién le corresponde premiar a las empresas que sobresalen no sólo por la calidad de sus productos y servicios, sino, también por su contribución social?
Si las respuestas que vienen a nuestras mentes, son nosotros, los consumidores, ¡eureka! Hemos despertado de la agobiante impotencia, que nos generan las múltiples insatisfacciones que podemos experimentar con relación a las medidas tanto del sector público como privado, y podemos iniciar una era, en la que nos podemos convertir en agentes de cambio, es cierto, aún falta alguna tela por cortar, mi intención no es simplificar las consecuencias que podría tener el “regalo navideño” en las dinámicas socio-económicas colombianas, sin embargo, si todos decidimos formar parte de un grupo que respalda el emprendimiento local y formal, y valoramos el esfuerzo de nuestros emprendedores, hemos comenzado a ser parte de un equipo que realmente ha decido no solo soñar sino accionar en la construcción de un entorno cada vez mejor.
Referencias
José Manuel Restrepo revela el “error” que tendría el Gobierno al fijar una cifra tan elevada para el salario mínimo: “Innecesario” (2024, diciembre) Revista Semana, recuperado de URL https://www.semana.com/semana-tv/semana-el-debate/articulo/jose-manuel-restrepo-revela-el-error-que-tendria-el-gobierno-fijando-una-cifra-tan-elevada-para-el-salario-minimo-innecesario/202447/
El salario mínimo para 2025 aumentó en 9,5% y quedará en $1.423.500 (2024, diciembre) Presidencia, recuperado de URL https://www.presidencia.gov.co/prensa//Paginas/El-salario-minimo-para-2025-aumentara-el-9-54-porciento-y-queda-en-1423500-presidente-Gustavo-Petro-241224.aspx