Por: Zully Orozco. Economista Liberal e investigadora.
La economía colombiana se recupera a un ritmo sorprendente, el más reciente informe sobre el Producto Interno Bruto del DANE, situó el crecimiento en 7,5% para 2022. Resulta particularmente notorio, que el Gobierno atribuya más a este importante despegue los excepcionales beneficios que derivan de mantener los precios de las materias primas por las nubes, que los dos años consecutivos de excesivos estímulos fiscales y monetarios.
La realidad es que toda la recuperación basada en estímulos ha dejado dos males inevitables: Primero, un enorme entorno de inflación que ha producido un empobrecimiento de las clases medias por la destrucción del valor real de los ahorros y los salarios. Y segundo, un excesivo déficit fiscal que tiró y tiró de emisión de deuda por más de dos años y que, según palabras propias de los estatistas: “no se podrá reducirse de otra manera que subiendo impuestos”, lo que significa una reducción aún mayor del ingreso real disponible de las personas.
El gobierno ha creado el peor de los escenarios para un estancamiento, utilizando las peores políticas: inflación y aumento de impuestos. Las estimaciones actuales le apuntan a que las personas seguirán perdiendo capacidad adquisitiva durante todo el año debido a que la inflación continuara siendo elevada. Únicamente en el mes de enero, la inflación alcanzó un máximo de 13,25%, esto significa 6,31 puntos porcentuales más a la registrada en enero del año 2022 (6,94%) (DANE).
Por lo anterior, el Emisor ha reiterado su compromiso por contrarrestar el creciente aumento de los precios subiendo tipos, pero claro, cuando la inflación interanual del IPC sobrepasa el 13%, ¿quién puede creerle?. El consenso de la mayoría de analistas, ubican la inflación al finalizar 2023 en el 8,90% y en 4,99% en 2024 (Davivienda Corredores), claramente el Banco se encuentra muy lejos aún de su meta arbitraria del 3%.
Es evidente que el Planificador Monetario ha sufrido una grave pérdida de confianza del público. La brecha entre la inflación estimada y la inflación percibida se ha ampliado sustancialmente, porque mientras en Banco espera que la inflación toque techo en algún momento, los ciudadanos pierden día a día la confianza en el valor de la moneda para mantener sus niveles de gasto y ahorro reales. El gobierno no crea crecimiento imprimiendo dinero, lo destruye, no crea riqueza emitiendo deuda para financiar el gasto público, la dilapida. Sí estas fueran las recetas para que los países crecieran, Argentina y Zimbabwe serían las economías más desarrollas del mundo.
La única razón por la que el Gobierno tolera tanta inflación actualmente es porque se beneficia: Los impuestos indirectos al consumo como el IVA y el impuesto directo a la renta, se ajustan automáticamente al incremento de la inflación, generando un aumento significativo de la base tributaria del gobierno por el mayor recaudo de ingresos. Al emitir masa monetaria sin control, el Gobierno no solo hunde en el impuesto inflacionario al sector privado, sino que además confisca buena parte de su riqueza al elevar las tasas, porque modifica la rentabilidad relativa de los bonos soberanos haciéndolos más atractivos frente a las acciones, trasfiriendo masivamente, en consecuencia, inversión del sector privado al sector público, quedándose este primero sin financiación. Esto es justamente lo que está sucediendo en los mercados financieros actualmente. El gran problema es el Gobierno, que siempre estafa a las personas con sus ideas intervencionistas de beneficiar a las clases desfavorecidas, cuando en realidad, confisca buena parte de la riqueza de toda la ciudadanía. Esto es finalmente lo que sucede, cuando exiges más Gobierno. Un inmenso aparato burócrata y extractivita que siempre captura rentas de aquellos que generan riqueza y crean empleo, a fin de crear una burocracia mayor e ineficiente para administrar los supuestos beneficios que nunca recibes.
Una inflación anual acumulada del 8,90% al finalizar 2023, significa otro año perdido, un camino seguro a un mayor empobrecimiento.