Buenos Aires (EFE).- El reciente anuncio de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, de no presentarse a las elecciones de 2023, tras su condena en un caso de corrupción, podría desconfigurar el tablero político en el corazón del peronismo y confiar a la oposición en su vuelta al Ejecutivo, según expertos consultados por EFE.
Después de que el Tribunal Oral Federal Nº 2 condenara a la vicepresidenta a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por administración fraudulenta durante sus mandatos presidenciales (2007-2015), Fernández respondió al fallo desde su ‘búnker’ en el Senado.
Tras atribuir la a la «mafia judicial paraestatal» y asegurar a sus detractores políticos que no será «mascota del poder» ni someterá a su tropa política -la coalición Frente de Todos- a que «la maltraten en período electoral», Fernández anunció que no aspirará a cargo alguno en los comicios de 2023.
«En realidad, su postulación va a depender de lo que haga el expresidente y líder opositor, Mauricio Macri (2015-2019). Si él continúa en este rol de armador o conductor de la coalición Juntos por el Cambio, ella va a continuar con su rol de conductora dentro del peronismo», explica a EFE el analista político Esteban Regueira, de la consultora Clivajes.
El fallo será apelado y la decisión final podría quedar en manos de la Corte Suprema, algo que podría llevar años. De manera que si la vicepresidenta se arrepiente de lo dicho el martes pasado, los dilatados tiempos judiciales la acompañarán en tanto la sentencia no quede firme.
En cualquier caso, el anuncio dejó al peronismo «recalculando» sobre cómo se configurará con vistas a los comicios de 2023.
No hay mucho optimismo para el oficialismo, según el análisis de Regueira, sin importar si el mandatario argentino, Alberto Fernández -desdibujado de este escenario-, logra mejorar la situación económica del país.
«Todo dependerá de cómo juegue Macri y de cómo se pueda reconfigurar el peronismo. Más allá de lo que ella haya dicho, está atada a lo que haga Macri», insiste el experto.
El entramado opositor
Por su parte, el consultor político Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, considera que a partir de ahora el peronismo ha quedado «huérfano» y atraviesa «una de sus mayores crisis».
«El oficialismo está debilitado por un gobierno desastroso y eso está expresado en las altas imágenes negativas de los dirigentes peronistas. Se encuentran sin liderazgo y recambio claro de quién podría ser el próximo candidato a presidente», dice Giusto a EFE.
En este sentido, el consultor teorizó que mientras Cristina Fernández mantenga su «tropa» movilizada y unida, el kirchnerismo tendrá una base fuerte, que a pesar de ser una minoría, recaudaría al menos un 30 % de los votos. Su gran objetivo sería mantener la provincia de Buenos Aires, como una suerte de último bastión peronista.
A diferencia del oficialismo, la oposición no carece de candidatos presidenciales. Tiene tantos que las internas saltan a la vista y para el consultor están «contrapuestos», «asquean» y «alejan a la ciudadanía».
Mientras tanto, en las sombras crece la figura del economista libertario Javier Milei, un ultraderecha mediático, disruptivo y una «posible amenaza» que acumuló casi dos millones de votos en las elecciones legislativas de 2021. Con las internas en los principales frentes políticos, se cree que podría capitalizar un eventual balotaje.
«La figura de Milei crece, tranquilamente puede entrar a un balotaje y el miedo de Fernández, que siempre está una jugada delante del resto, es que el kirchnerismo corra el riesgo de quedar tercero si este escenario se sigue afianzando», asegura Giusto.
En contraposición, Regueira ve a Milei con mayor cautela y más como un «efecto» que puede o no ser absorbido por el ala dura del macrismo. Principalmente, por una de las posibles candidaturas de la oposición, la de la exministra de Seguridad y actual presidenta del PRO -partido fundado por Macri- Patricia Bullrich.
En la vereda opuesta, pero dentro de la misma coalición, está el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, más en el centro.
«Los dos ponen en peligro un nuevo gobierno peronista, pero la estrategia no pasará por el fallo, sino por su organización interna. El camino será un ala mucho más dura como el de Bullrich o una vía dialoguista y transversal como intenta mostrar Larreta», concluye el analista de Clivajes.