Mucho antes de comenzar, la 50ª edición del Festival de Cine Americano de Deauville (Calvados) fue noticia: tras la destitución de su director Bruno Barde, por presuntos actos de acoso sexual, las riendas del evento fueron confiadas a su estrecha colaboradora Aude Hesbert, que tuvo que soportar una sucesión de polémicas tras la reorganización de su jurado.
También en los cines se estaba produciendo una transferencia de poder clara y elocuente entre dos momentos del cine estadounidense: su historia: orgullosa, conquistadora, predominantemente masculina y blanca. Y un presente trabajado hasta obsesionarse con la cuestión de la representación de sus minorías y decidido a torcer el palo en la otra dirección.
En el cine Morny se podía recorrer a toda velocidad la historia del cine americano en medio centenar de películas emblemáticas: estaban Rambo (Ted Kotcheff, 1982), Intolerance (1916), de DW Griffith, Do the Right Thing (Spike Lee, 1989 ) frente a Lo que el viento se llevó (1939, Victor Fleming). Junto a él, hubo una retrospectiva completa de James Gray, quien vino a dar una clase magistral e inaugurar -como manda la tradición- su cabaña en la playa.
Historia y presente
En este pequeño mundo judío neoyorquino que el cineasta ha explorado constantemente, su última película, Armageddon Time (2022), vio surgir una pura alteridad, una inversión de perspectiva: de repente, el microcosmos grayiano se observaba desde la orilla del mar. condición negra. El racismo institucional se infiltró hasta el punto de destruir una amistad de infancia. Armageddon Time es una obra fundamental, el puente que une las dos caras de esta programación de Deauville, la historia y el presente, que se ha representado en competición oficial.